Las manos que cuentan historias
Las manos guardan memoria. Son el primer lenguaje, el primer refugio, la herramienta más fiel del cuerpo. En cada trazo de carboncillo y en cada matiz de pastel, mi colección captura la esencia de las manos como protagonistas silenciosas de nuestra existencia.
Manos que tejen, entrelazando hilos como quien teje historias, pacientemente, con la sabiduría de generaciones. Manos que trabajan joyería o la cerámica, moldeando la materia con la fuerza y la destreza de quien transforma lo cotidiano en arte. Manos que rezan, no siempre en busca de fe, sino a veces como un gesto aprendido, como un diálogo con lo que se ha perdido.
Son manos jóvenes, impacientes por descubrir, y manos ancianas, marcadas por el tiempo, cada arruga testigo de lo vivido. Son manos firmes, frágiles, fuertes, cuidadosas. Cada una cuenta su propia historia y, al mismo tiempo, la historia de todos.
En esta serie, la técnica académica se vuelve un homenaje: líneas precisas, contrastes delicados, detalles minuciosos que celebran la belleza del trabajo bien hecho. No son solo dibujos, son huellas del esfuerzo humano, de la creatividad, del rito diario de existir a través del hacer.
Porque, al final, somos lo que crean nuestras manos.
